...para soñar (por aquella noche)
que descubre tu silente luz
después de recorrer la inmensa
oscuridad de mi alma,
dándole sentido a mi vida.
Noche mágica,
que eligió despojar de mi mente
la trémula paz de mi interior
recorriendo tu efímero sabor
como resultado del beso
aclamado por mi voz.
Noche mágica,
dueña de la pasión
desbocada de nuestro amor
silenciosa, dormida, obscura
como testigo de lo inconcluso,
que terminara en el instante
en que tu boca encienda la chispa del amor.
Noche mágica,
bendita confusión,
que hace gala de su poder
al detener el tiempo, obsequiando
el mismo para los dos;
descartando la posibilidad
de pedir perdón en el ocaso.
Amor; no necesito decirte que te amo,
pero vale más haberlo dicho
a reprimir este corazón
Amor; necesito besarte
aunque la noche se lleve nuestros besos
como prueba ardiente de mi deseo latente.
Amor; no necesito tocarte,
pues advierto que he recorrido
tu cuerpo en mi imaginación
despojándote de lo cotidiano
si detallar la sensación.
Noche mágica,
regálame el descanso
a mi pasión, deléitame
nuevamente con mi soledad,
porque, sí finalmente existes,
que la luna me recuerde que es;